Vivir no es otra cosa que arder en preguntas

jueves, 8 de mayo de 2014

Una entrada para entenderte

Imagínense, por un momento, meterse en el cuerpo de otra persona, meterse en todo lo que es esa persona, ver lo que piensa, ver como sus ojos ven, sentir las cosas como las siente, entender sus locuras, tener el mismo gusto por las cosas. Ver el mundo más nublado o con mejor definición, tener las justificaciones a cosas como el racismo o la homofobia, escuchar mejor la música o escuchar otras cosas en la música, que unas cosas te llamen más la atención que otras o ver todo como aplastado e igual, que no te guste el chocolate, que te guste el olor a nafta, tener mejor sentido del tacto, que te guste más la lluvia que la luz del sol, tener más paz o estar más estresado, creer en hadas o creer en Dios o no creer en absolutamente nada, que te guste más la sangre que acariciar a un gato.
 Entrar en otra persona es como ver el mismo mundo de forma completamente diferente, como si no estuviéramos en la Tierra, sino en algún planeta alienígena y extraño, con costumbres y cultura diferentes, así se ve y así se siente viajar al interior de otros, aunque no podamos creerlo o entenderlo.