Luchando contra la autodestrucción, despiadada, que proviene de la misma fuerza que quiere hacerme progresar. Viene de a olas, corriendo con un objeto punzante en dirección al pecho, pero deteniéndose a centímetros de mi cara, dejando solo un mar salado en ella. Respirando fuerte pero inactiva, recargo energías, preparando una nueva embestida.