Vivir no es otra cosa que arder en preguntas

domingo, 26 de junio de 2016

Cultura del Portero Eléctrico

Yo fui criada bajo la cultura del Portero Eléctrico. Bajo un pitido te llaman, sin nombre, te solicitan. Uno si quiere contesta o deja abandonado al sujeto delante de la puerta. Se presiona un botón para comenzar a hablar y que el otro escuche la voz; puedo elegir mediante otro botón el escuchar o no al otro. Se elige cuándo se habla, cuándo se escucha y cuándo se calla, uno mismo y el otro.

Dejar abandonado al otro no es una cuestión de indiferencia, sino una consecuencia de la supuesta libertad de comunicación e interacción. Esta es mi cultura, en la que me crié, esta metida en mis huesos, y es dificil de corroer.