Vivir no es otra cosa que arder en preguntas

domingo, 3 de agosto de 2014

poesía barata

No sigan mostrando el chocolate
que con solo verlo no lo puedo probar.
Si nadie abre el envoltorio
en mi boca nunca va a estar.

Siempre lo traen envuelto
en un paquete rosa
pero una vez que lo sueltan de sus manos
cae con fuerza
y muestra de forma vulgar
el chocolate que tan delicadamente
había sido guardado.

Y así ambos pierden.
El chocolate permanece en el suelo por cinco segundos
llenándose de suciedad.
Ninguno se atreve a levantarlo.

Lo peor es que
ese chocolate,
lo más dulce que la humanidad posee,
queda allí en el suelo,
pudriéndose al sol
y esperando el olvido.