Vivir no es otra cosa que arder en preguntas

viernes, 18 de julio de 2014

Límites

La gota que derramó el vaso de agua.
El gramo de más que hizo que la balanza se rompiera.
Esa persona que entra al ascensor, y hace que este empiece a sonar.

Como detestamos a esa gota, a ese gramo y a esa persona. Que importantes se vuelven por haber sido las causantes de revelar los límites, que frustrantes son. ¿Cómo se les ocurre? todo iba bien, llegan, y todo se estropea.
Pero no, que ciegos que somos. En el momento, nuestros instintos se centran en la "amenaza", pretenden eliminarla y sacarnos del peligro al que estamos siendo expuestos.

 No pensamos en que el vaso estaba a punto de rebalsar y que nosotros seguíamos vertiendo agua.
 No pensamos en que la balanza te advertía con sus números que ya estaba llegando al final de sus fuerzas.
 No pensamos en que el cartel del ascensor que rezaba "Capacidad limite de 5 personas" en el momento que insistíamos en que ese sexto individup ingresara al aparato.