Vivir no es otra cosa que arder en preguntas

lunes, 1 de agosto de 2016

Patologías

Leyendo sobre enfermedades, uno ve todo el daño que quisiera tener encima. Autismo, ADD, cáncer, TOC, migrañas, acné crónico, sordera, psicosis, alucinaciones, entre otras; todas ellas imaginadas en la carne de uno, como si ponerle nombre a un mal que interfiere con nosotros, aunque ese nombre no fuera el correcto, ayudara a definir lo que somos y nuestro sentido. Muchas veces, aunque no quisieramos admitirlo, nos encantaría sufrir de forma definida: nada de eso de "no sé que me pasa" o "me duele y no sé por qué".
Lo llamativo está ahí, en que es preferible un mal con nombre que una molestia anónima. Llegamos a ser tan intolerantes a la duda que nos encantaría sufrir algo preciso. Pero en el nombre se encuentra el engaño, ya que existen muchas variaciones dentro de una denominación; pero no importaría, es algo y es eso.