Vivir no es otra cosa que arder en preguntas

lunes, 22 de septiembre de 2014

Tiro con Arco

La vida de un arquero se puede volver solitaria y puede aumentar el ego algunas veces. Sí, trae muchísimos beneficios, pero aveces parece que está a un precio muy alto.
Uno requiere concentración, y al menor desequilibrio mental, la flecha se va. Y uno sigue tirando mas flechas hasta que el carcaj queda vacio. Te das cuenta de que ya no queda ni una flecha y desesperadamente te dispones a dar vueltas por todo el campo para encontrarlas. Algunas se pueden encontrar, pero sus plumas se dañan un poco. Otras no aparecen hasta que pides ayuda, pero al estar solo en el campo (o pensar que uno esta solo en el campo), da un poco de vergüenza pedirle a alguien. Varias se quedan para siempre clavadas en la tierra.
Y ahí está uno, con dos o tres flechas en el carcaj, cuidándolas como si fueran de oro, y manteniéndolas, tratando de seguir tirando prolijamente y sin muchos sacudones, aunque algunas veces resulte difícil o la esperanza se escape con alguna de las flechas.
El arco permanece siempre igual.