Querer resucitar almas sólo con la esperanza, es imposible. Muerto en la tierra y vivo en el corazón, con un poco de humedad, que corroe huesos, solo queda soplar para que los ultimos retazos de humo desaparezcan y dejen de intoxicar el aire.
Borrando huellas y apagando velas, no siento el sabor del aire, pero uno nunca sabe si prefiere la amargura terrosa del hacer presente o el frio mohoso del olvidar.