Vivir no es otra cosa que arder en preguntas

sábado, 24 de septiembre de 2016

Humano como objeto de estudio

¿Cuál es la mejor manera de abordar a los humanos? Estoy buscando la manera de quererlos desde el conocimiento. No puedo quebrarlos al medio, como una cáscara de huevo, para observar su interior. Tampoco podría dibujar sus contornos y analizar las curvas que esa silueta genera. Necesito ver las capas de su piel, sin dañarlas. ¿Cómo sentir el calor de las pieles, sin transformar al sujeto en un ideal, en un conjunto de reglas que a nadie pertenece?¿Cómo es correcto entenderse?.
Tengo que buscar el punto medio, en donde pueda tomar sus manos pero no apretarlos contra mi pecho; poder ver sus almas pero no derretirme ante ellas, ni congelarlas, ni asesinarlas.
No quiero seguir los caminos del arte ni la estética, fenómenos demasiado personales y misteriosos. Quiero tocar lo concreto, lo que es, o al menos lo que parece ser en una percepción humana. No quiero transformarlos en máquinas, en ensamblajes de metal sin sentimientos, pero tampoco quiero caer en los particularismos ni las chácharas de barrio.