Los espirales crecen teniendo en cuenta su propio pasado, guiándose por sus ondulaciones, pero no aferrándose a él, porque eso llevaría a querer recrear el propio pasado, cerrando la forma en un círculo y así formando un círculo vicioso.
El espiral crece así, teniendo en cuenta su pasado, para crear un futuro no proyectado anteriormente, que solo se va a ir dibujando y agrandando si avanza y utiliza lo aprendido en el pasado.